sábado, 7 de mayo de 2016

REFUGIADXS: Concentración y Charla-coloquio en Castuera. (2)

Erlo.

Corren tiempos difíciles en los que cuesta encontrar gente capaz entender que la grave crisis de valores que sufrimos día a día nos anula como personas.

 Por eso, cuando se comparten momentos de solidaridad como los vividos ayer nos resistimos a dar por cerrada la puerta a la esperanza y sentimos que a pesar de la sinrazón humana siempre habrá alguien que de una u otra forma, en menor o mayor medida y en función de sus posibilidades, a veces con un simple gesto diga mucho más que quienes se llenan la boca con palabras huecas, o buscan un momento oportuno, que no necesario, en el que pretender demostrar algo haciendo alarde de una burda hipocresía para al final, como en tantas ocasiones, volver la espalda cuando realmente se les necesita.
 
Quienes ayer participaron tanto en la Concentración como en la Charla lo hicieron libre, voluntaria y conscientemente. Quizás esto no habría ni que decirlo porque parece una obviedad, pero en estos tiempos raros que nos toca vivir es de agradecer y valorar encontrarse con gente capaz de ejercer con total libertad su derecho a manifestarse, expresarse o participar abiertamente, y más tratándose de la causa que se trataba.

Lo fácil es mirar hacia otro lado, dejarlo pasar, no comprometerse, ignorar nuestra parte de responsabilidad. Buscar excusas absurdas, intentar justificar lo injustificable.
 
El compromiso solidario de Virginia Domínguez y Gracia Maqueda, la fuerza del relato de sus vivencias como activistas en Calais, Dunkerque y Lesbos, su discurso reivindicativo y de denuncia han de servirnos de ejemplo y merecen nuestro más sincero reconocimiento. Son personas así las que pueden cambiar el mundo. Son personas como ellas las hacen que no perdamos la esperanza ni la confianza en el poder transformador de la gente.

Mientras tanto quienes ostentan el poder se enzarzan en discusiones que nos avergüenzan y firman tratados y acuerdos que rebajan a las personas a la condición de simples objetos de comercio.

En nuestras manos está cambiarlo.
 
Nos hubiera gustado que ayer la plaza de nuestro pueblo se llenara a rebosar de voces gritando en defensa de los Derechos Humanos, como nos gustaría que pasara en cada pueblo y ciudad.

Pero hemos dado un primer paso y queremos continuar…
 
SON PERSONAS Y NI VAMOS A MIRAR PARA OTRO LADO, NI NOS VAN A CALLAR.

Gracias a quienes decidieron dedicar una parte de su tiempo a compartir, colaborar, participar, escuchar y reflexionar.