domingo, 30 de octubre de 2016

Otra vez de excursión.

30-oct-2016 
   
    Una experiencia más que, en esta ocasión, nos ha llevado a compartir y disfrutar una magnífica jornada de domingo.
 
    A las 10 de la mañana partíamos en dirección a Puebla de Alcocer. En lugar de acceder por el camino habitual, lo hemos hecho por la carretera de Esparragosa de Lares, atravesando el pueblo y observando las vistas que desde este lado nos ofrece el castillo de Puebla, hacia donde nos dirigíamos. Una vez allí volvemos a tener las mismas y, a la vez, diferentes sensaciones que nos transmite todo lo que se abre ante nuestros ojos cada vez que visitamos este enclave privilegiado. Tras la visita al castillo continuamos nuestra ruta.


 
     Vamos hacia Puerto Peña, pero decidimos hacerlo por Casas de don Pedro porque aunque la distancia es mayor que yendo directamente desde Talarrubias, queremos que quienes participan de la excursión puedan conocer una interesante muestra del, desgraciadamente, poco conocido patrimonio material de la Guerra Civil española que aún resiste al paso del tiempo, a pesar de la nula o muy escasa protección y conservación.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dejamos atrás Casas de Don Pedro y nos dirigimos directamente al Centro de Interpretación de la fauna rupícola de Puerto Peña desde donde, una vez realizada la visita, emprendemos el camino hacia el lugar previsto para comer a sólo unos kilómetros del pueblo de Peloche.
 

 
 












    Alrededor del las 14’30 estamos sentados a la mesa con la intención de disfrutar - como así sería- de un agradable y placentero momento, tanto por el lugar elegido – La Barca del Tío Vito- como por el entorno en el que se encuentra, y sobre todo por compartirlo en la mejor compañía.
Tras la comida, y ya en Peloche, otro momento de relax y conversación.
 









    Y cuando la tarde empieza a caer tomamos camino hacia Puebla de Alcocer con intención de subir hasta el castillo. Sin embargo, y a pesar de haber realizado un buen trecho en coche, suspendemos finalmente la ascensión ante los imprevistos del camino y  el poco tiempo de luz que nos queda para disfrutar plenamente del lugar. No queda otra que conformarse con las vistas desde donde hemos conseguido llegar y volver a intentarlo con más tiempo en otra ocasión. Sin duda, merecerá la pena.
 
Es la hora de regresar pero la tarde aún nos tiene algo reservado. Ya cerca de Puebla de Alcocer con el sol poniéndose en el horizonte varias bandadas de grullas surcan el cielo rubricando con su silueta el fin de la jornada.
 
Nos vemos en la próxima.
 
 
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